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domingo, 29 de noviembre de 2009

Escrito está que Jesús de Nazareth volvería humilde y como ladrón de noche; pero brillante como un sol, de sabiduría infinita

Hombres de Galilea, ¿qué hacen ahí mirando al cielo? Este que ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá como lo han visto subir al cielo.

He. 1: 11

Escrito está que Jesús de Nazareth volvería humilde y como ladrón de noche; pero brillante como un sol, de sabiduría infinita.

El Hijo Primogénito es una jerarquía solar; la mayor después del divino Padre; en esta divina jerarquía están incluídas todos los mundos de la carne; la humana y otras infinitas; cada Trinidad posee sus propios poderes.

El divino orígen de mi Hijo Primogénito, es tan antiguo como la divina antiguidad de su divino Padre; porque lo que es del Padre, es del hijo; la Trinidad Universal está en todos y se rige por sí misma; su divina expansión es creadora de mundos y soles; el espíritu y la materia son sus efectos; la causa es el Padre.

Poder y el brillo magnético del Hijo Primogénito, pertenece a un todo que no se divide; sirve a un sólo señor.

La diferencia entre el Hijo Primogénito y el género humano, es abismante; la mente humana no puede calcularlo; hay que nacer de nuevo infinitas veces para comprenderlo; toda jerarquía solar, como lo es Cristo, ha vivido mucho; ha conocido mundos en un grado tal, como la mente pueda imaginar; y no sólo mundos de la carne; como lo es la Tierra; un sistema de vida casi desconocido en el universo; sino que mundos de infinitas escencias; donde la muerte se desconoce; donde las eternidades rivalizan entre ellas; mundos de todas las categorías imaginables; mundos del macro como del microcosmos; y mundos que jamás comprenderá el conocimiento humano.

El Hijo Primogénito; el hijo Solar Cristo, también fué chiquitito y humilde; fué un monito de carne; en microscópicos mundos que ya no están; pues todo el universo que hubo y ya no está, fué recorrido por el Hijo Primogénito; él nació ó reencarnó en mundos de todas las categorías imaginables; padeció por esas humanidades, en diferentes e infinitas formas; según la maldad principiante y evolución de esos mundos; todo cuesta en el universo; hasta los hijos Primogénitos, han cumplido con la divina ley que dice: Te ganarás el pan con el sudor de tu frente; esto no es sólo para el alimento del cuerpo; también lo es para todo orden de dificultad; que deben experimentar todas las criaturas al venir a los mundos.

El Hijo Primogénito constituyó en este mundo, una doctrina Planetaria; he aquí el significado de la divina parábola: Por el fruto se conoce el árbol; quiere decir que por el contenido intelectual de una doctrina, se deduce su jerarquía; quien transforma totalmente a un mundo, ése es un primero en conocimiento delante del Padre.

Alfa y Omega marcan el principio de la vida humana; esta divina revelación fué expresada por el Hijo Primogénito: Soy el Alfa y la Omega; el principio y el fin